Fue un concierto íntimo, era un salón de actos pequeño con muy buena acústica y un público estupendo que me trasmitía todas las sensaciones necesarias para que mi ser estuviera en la calma necesaria para controlar mi cuerpo a nivel técnico. Aquí he de hacer especial mención mencionar a personas muy importantes a las que les agradezco su asistencia, José Manuel Cuenca Morales, un artista único en su control del piano, pianisa internacional que junto a su hermano Francisco Cuenca configuran un duo único en el mundo por su sonido lleno de arte y matices musicales que llegan al alma del oyente Hermanos Cuenca.
Y la increíble actriz Leni Rico, actriz nacida en Linares, con sede en Los Angeles, la admiro y para mi fué un honor que junto a su encantadora madre Juanita Rodríguez, asistieran juntas a este concierto íntimo.
Eligió Los Angeles porque es el mejor sitio para los actores. Una vez en Los Ángeles Leni consiguió uno de los papeles protagonistas en el muy aclamado y 8 veces galardonado cortometraje “For the Birds”, que se ha emitido en más de 40 festivales de todo el mundo. Leni jugó el papel central de la Guardia sin problemas, con cuya interpretación ha enganchado al público a la película y le ha ayudado a ganar numerosos reconocimientos y premios en la industria del cine, entre ellos prestigiosos premios del jurado y del público en el Festival de Cleveland Internacional de Cine, el Sindicato de Directores de América, el Festival de Cine de Montreal, y el Festival Internacional de Cine de Sedona.
En el lied «el Curioso», tuve que interrumpirlo y volverlo a empezar, ya que cuando el molinero decía «No soy jardinero y las estrellas estáis muy altas, a mi arroyuelo le pregunto si mi corazón me engaña», sonó un móvil con toda su intensidad (¿sería un curioso o …?); me parecía imposible trasmitir esas melodías y palabras, con el ruido que está tan presente en nuestro tecnológico mundo, corté la interpretación, así lo hice ver al público, cogí el móvil pedí que por favor lo apagaran y aplaudieron el gesto. La Tecnología que todo romántico del siglo XIX se revelaba, porque hacía al ser humano abandonar la naturaleza y la vida en el campo, para huir a la gran ciudad.
Tras los aplausos e irnos del escenario el maestro Manzano y yo, nos cambiamos, volví al salón de actos con el objetivo de ayudar a mi padre y allí había un grupo de personas que aún quedaban, nos mostraron su agradecimiento con unos nuevos aplausos, que la verdad agradezco enormemente, así como sus curiosas y entusiasmadas preguntas sobre el ciclo de la bella molinera, expresando sus opiniones positivas que acepté con agrado y respondí con el enorme agradecimiento que le tengo a Schubert y al poeta.
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