El primer lied, que entró en mis oídos, y creo, con el tiempo, que no fue casualidad, ya que en este año y tras 8 años desde entonces siempre me he sentido atraído por este estilo de música tan natural, que ahora he presentado en la versión orquestal de mi amigo y paisano linarense Alfredo Cantalán Casado. Que también ha dirigido en este estreno.
He de reconocer que lo primero que captó mi atención es la naturalidad con la que el maestro Dieskau cantaba, no era la típica voz de barítono torrencial, que mostrando sus esplendidas dotes vocales llena teatros y levanta multitudes de su butaca; el lied me parecía una manera de cantar muy distinta, intima, muy natural y bella para trasmitir sentimientos y emociones, pero que a la vez en mi voz la veía muy difícil de imitar…. es más me parecía «imposible» de emitir esos sonidos tan proyectados con media voz, pianos y diciendo tanto, con la técnica de la que yo disponía.
No tenía ningún conocimiento de alemán, por lo que me dispuse a intentar traducir este lied, con el típico traductor de Internet y posteriormente dar mi personal interpretación para llegar a saber lo que quería significar esa música llena de matices y planos sonoros. Descubrí con mis medios y en solitario, algo que hablaba al 100 % de poesía y música, y me dí cuenta, desde ese momento, de que era una música que no sólo tenía vida propia, sino que las emociones están perfectamente representadas en esas dos formas simultáneamente, generando arte y que hicieron de mi corazón artístico algo en lo que trabajar intensamente, aunque mi instrumento se negaba una y otra vez a ofrecerme el sonido que quería, durante años tuve que olvidarme de todo interés por sonorizar mi voz, que se presentaba siempre dispuesta a ello, por el contrario me dispuse a soñar, amar, poetizar mi canto, aunque estuviera en un idioma que no se parecía en nada, ni al italiano ni al español, que me resultaba incómodo de pronunciar, pero intuía que había mucho que expresar en este estilo alemán.
Aunque con todo esto no quiero dar a entender que otros estilos no tengan su hueco en mi corazón, generalmente admito muchísimos estilos musicales, pero este especialmente me aporta mucho y espero que a ustedes también lo haga, sino ahora… en un futuro, porque, créanme que merece la pena dedicarles parte de su tiempo.
Tengo una idea muy clara de lo que para mi y para el mundo puede significar lo que el poeta W. Müller y posteriormente F. Schubert, querían aportarnos en sus últimos años de vida, e intentaré desvelarles parte de lo que, siempre en mi opinión personal, ellos nos han aportado y que dejaron escrito con poesía y música en la tercera década del siglo XIX.
Una de las ideas que aún no he comentado, es que considero el ciclo de la Bella Molinera, como un viaje desde la visceralidad humana hasta la espiritualidad terrenal y esta idea irá tomando forma conforme lean las distintas entradas que publicaré, de manera cronológica a la historia del nuestro molinero y que serán completamente públicas y disponibles en todos los medios de comunicación, para que puedan compartirlas allá donde las plazca.
Al comienzo de esta entrada he comentado, que no es casualidad que sea este y no otro el lied que entró por primera vez en mis oídos, y me emociona decir que Halt!, cuyo significado es ¡Alto!, fue cómo un, «David, ¡escucha!», y vaya si escuché.
En cierta manera me sentí como el molinero, un «joven» que ante él se abrió un mundo nuevo, nuevas sensaciones por explorar, en mi caso en el terreno musical y poético, en el caso del molinero, por los elementos fundamentales de la naturaleza que abren su corazón y lo predisponen a amar, pero tanto el molinero como yo, descubrimos algo muy importante en nuestras vidas en dos épocas completamente distintas y con la misma ilusión y «soledad», ya que como he expresado en otra ocasión, para adentrarme en este estilo, he navegado en gran parte solo. Excepto la ayuda incondicional de mi amigo y maestro Joan Ferrer Serra y sus publicaciones.
3. Halt! (¡Alto!)
W. Müller y F. Schubert
La introducción musical de este lied, se escucha claramente en las semicorcheas, como el arroyo se dirige al molinero en los primeros compases, captando su atención, en la mano derecha del piano las semicorcheas y en la izquierda unas fantásticas notas que captan la atención de todos los oyentes, en negras y corcheas muy rítmicas y justas armónicamente para dar la entrada al molinero que con pasión canta…..
El molinero abre completamente sus ojos, ante tanta claridad tras seguir el curso del arroyo en el anterior lied, ante tanta belleza; el agua marca su camino, el agua es la fuente de la que todo crece, la responsable de enseñarle camino del amor a la naturaleza y su gran poder, se refiere a los cantos y murmullos del arroyo, ¿a quién no le gusta el sonido de un arroyo, con sus agudos y graves?… el amor a la naturaleza que la poesía menciona, Schubert tiene la oportunidad de aportarle su música y darle la vida que el poeta anhelaba, y la poesía se une armoniosa y rítmicamente a la música en ….
Ei willkommen, ei willkommen,
Süßer Mühlengesang!
Bienvenida, se bienvenida
Dulce canción del Molino.
Palabras que se repiten dos veces, con intensidades distintas y algún adorno en la palabra Mühlengesang. Dulce canción del molino, si algo tiene el amor que derrochan los poemas de Müller junto a la música es dulzura.
Und das Haus, wie so traulich!
Und die Fenster, wie blank!
Und die Sonne, wie helle
Vom Himmel sie scheint!
La casa, ¡qué acogedora!
y las ventanas, ¡Cómo brillan!
y el sol con su claridad, ¡ilumina todo el cielo!
Cuando la dulzura invade un corazón, todo se ilumina, en cualquier sitio uno se encuentra como en casa, acogido, todo brilla, y es precisamente el sol el elemento que hace crecer junto al agua y la tierra todo lo verde, color de la esperanza, color de la eternidad, color de la vida… en definitiva, el color de la naturaleza que invade el corazón del nuestro molinero y lo predispone a amar a todo aquello que crece (como buen romántico del siglo XIX), como creciente en intensidad sonora ha de ser esta estrofa del piano, media voz y fuerte en la primera vez que menciona el molinero Sonne, el sol que lo ilumina todo, hasta su alma. El poder del sol que repite el molinero dos veces, ha de ser interpretado con intensidades distintas, en mi opinión, la primera ha de ser visceral y la segunda más interior y espiritual.
Ei, Bächlein, liebes Bächlein,
War es also gemeint?
Ay, arroyo, querido arroyuello
¿Era esto lo que me quieres decir?
Nuestro molinero, emocionado, vuelve a preguntar a su sabio y confidente arroyuelo, si con todo ese amor es suficiente para completar su viaje, y esto no ha hecho más que empezar.
Gracias por su tiempo.
Hasta la próxima publicación. 4. Darksagung an den Bach
David Gascón
Barítono.
Si quiere conocer puntualmente noticias sobre David Gascón en su Facebook lo tiene a un solo click en Me Gusta.
Es extraordinario, poder escucharte y percibir tu modo de sentir cada una de las obras que representas, es un orgullo, gracias David y sigue creciendo como sólo tú sabes. Una vez más, gracias y enhorabuena
Muchísimas gracias Julio Ortega, todo esto es lo que en mi cabeza está cuando canto esta maravilla de obra, y terminaré el trabajo, aun quedan 17 lied, y trasmitir el mensaje que a mi juicio F. Schubert quería trasmitir en sus últimos años de vida…. a mi tras años de estudio me lo ha dejado muy claro…. ahora estoy trabajando en el 4º lied que es el agradecimiento el molinero al arroyo, fuente de toda la naturaleza….
un abrazo fuerte y espero verte pronto julio. En septiembre estaré en Jaén con una obra completamente diferente. Acompañado de 3 coros y dos orquestas…. no os lo perdáis.
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4 Comments
Es extraordinario, poder escucharte y percibir tu modo de sentir cada una de las obras que representas, es un orgullo, gracias David y sigue creciendo como sólo tú sabes. Una vez más, gracias y enhorabuena
gracias Luisa, es un placer comunicar lo que para mi ha significado el estudio de este ciclo.
La verdad es que es emocionante David, incluso para los profanos como yo, transmites sensaciones muy nobles. Enhorabuena David.
Muchísimas gracias Julio Ortega, todo esto es lo que en mi cabeza está cuando canto esta maravilla de obra, y terminaré el trabajo, aun quedan 17 lied, y trasmitir el mensaje que a mi juicio F. Schubert quería trasmitir en sus últimos años de vida…. a mi tras años de estudio me lo ha dejado muy claro…. ahora estoy trabajando en el 4º lied que es el agradecimiento el molinero al arroyo, fuente de toda la naturaleza….
un abrazo fuerte y espero verte pronto julio. En septiembre estaré en Jaén con una obra completamente diferente. Acompañado de 3 coros y dos orquestas…. no os lo perdáis.